The Walking Dead: El Gobernador


Autor: Robert Kirkman y Jay Bonansinga
Título: The Walking Dead: el Gobernador
Editorial: Timun Mas

Año: 2011
Páginas: 351



—¡Vamos a sobrevivir a esta mierda y lo vamos a conseguir siendo más cabrones que ellos! ¿Estamos? ¡Ya no hay putas reglas! No hay filosofía, no hay gracia divina, no hay piedad, sólo nosotros y ellos. Y lo que quieren es hincarnos el diente. ¡O sea que nos los tenemos que merendar nosotros! Vamos a tener que masticarlos y escupirlos, pero vamos a sobrevivir a esta mierda como sea ¡o te juro que le vuelo las entrañas a este puto mundo de mierda! ¿Está claro? ¿Está claro?

Ante todo, me parece importante dejar claro que la novela de Kirkman y Bonansinga no requiere un lector fan del universo de The Walking Dead, ni la serie, ni los cómics, esta novela, o serie de novelas ya, puede ser disfrutada por cualquier lector. En segundo lugar, si ya has caído dentro del universo TWD, también parece importante mencionar que las novelas siguen los cómics y no la serie, por lo que, aunque nos cruzaremos con los protagonistas (no en esta novela, pero sí en las siguientes), no habrá hermanos Dixon o asuntos tan turbios como el rollo Andrea-Philip.

También me parece importante señalar que, como ocurre en la serie y en los cómics, aquí también, los zombies son un papel de fondo, una excusa para contar otra cosa, para hablar de personas. No nos confundamos, tenemos toneladas de zombies siendo zombies y de tipos duros esparciendo sesos por las aceras de Atlanta, tenemos descripciones tan anatómicamente realistas que me han hecho cuestionarme la profesión de Bonansinga y tenemos, en definitiva, un mundo postapocaliptico. Pero tampoco es una novedad que Kirkman utilice todos estos elementos para hablar de personas, personas en situaciones límite cruzando barreras que ni sabían que existían para mantenerse a ellos mismos y a los suyos a salvo. Pero también, como hemos visto decenas de veces en la serie, cómo la supervivencia puede sacar también lo peor de las personas. En este sentido las novelas de The Walking Dead siguen a pies juntillas la premisa de la serie y los cómics: fight the dead, fear the living.
—¿Qué sentido tiene esto, tíos? —los interpela Brian a su espalda.
—El sentido que tiene es que no tiene sentido —responde Philip sin mirar a su hermano.
—¿Eso es una frase zen?
—Es lo que es.
—Vale, ahora me he perdido. Me refería a que no veo que tirar estas cosas por el tejado sirva para nada

Esta primera novela (de cuatro), sigue la historia de uno de los personajes más maltratados por la serie de televisión y más aterradores de los cómics, Philip Blake, y, por supuesto, la pequeña Penny. Nos cuenta sus historia desde prácticamente los comienzos del apocalipsis, parte con su hermano mayor, un lastre en todos los sentidos, su hijita pequeña y dos de sus mejores amigos en busca de un lugar seguro: Atlanta. Esta novela no sólo nos habla de cómo Penny y Philip llegaron a Woodbury y de cómo este se convirtió en su líder, sino del proceso, o parte de él, que le transformó en uno de los más horribles villanos de los cómics. 

La teoría del caos es la imposibilidad de que un sistema cerrado permanezca estable. Este pueblo está sentenciado. No hay nadie al mando...

La novela explora los procesos mentales de los protagonistas al enfrentarse a sus mayores miedos, en el caso de Blake, algunos de esos miedos vienen de su propio interior, enfrenta a gente corriente a situaciones extremas. Y, sin duda, el grupo de Blake tuvo que enfrentarse a los horrores del mundo mucho antes que el de Rick, lo que lleva a sus protagonistas a discurrir por distintos derroteros, bastante más oscuros y pesimistas. 

Como curiosidades, para aquellos que se hayan leído los cómics, se han referencia a lugares que visitan los protagonistas, de hecho, fueron los hermanos Blake, los que dejaron el cartel de aviso para el grupo de Rick de que el poblado en el que entraban no era seguro. Además, sí que parecen algunos personajes vistos en la serie de televisión, en concreto Tara, aunque, como muchos ya sabrán par algunos personajes existe una gran distancia entre la serie de televisión y los cómics y la Tara que se presenta en la novela es bastante distinta de la Tara de la serie.

¿Qué puedo decir en definitiva? Me considero una gran fan, quizá más de la serie que de los cómics, aunque también me he acercado bastante a estos. Sin embargo, como amante de los libros, sé que hay una cierta magia en la lectura de una buena narración (y la de Bonansinga lo es, sin lugar a dudas) que ni una serie de televisión ni un cómic pueden alcanzar nunca, aunque esta es mi opinión, claro está. El caso es que, si tuviera que elegir, el hechizo y la atracción que ejercen las novelas es muy difícil de igualar. Por otro lado, para los que ya sean fans, es increíble poder descubrir tantísimo sobre la humanidad de un personaje del que, en definitiva, hablaron muy poco. Puede que se deba solo a la novela, pero el caso es que El Gobernador es ahora uno de mis personajes favoritos.

El castillo de Otranto




Autor: Horace Walpole
Título: El castillo de Otranto
Editorial: Valdemar
Año: 2008 (1764)
Páginas: 227





El siervo volvió a la carrera, y sin hálito, aterrado, echando espumarajos por la boca, con los ojos fuera de sus órbitas… Nada pudo decir, pero señaló con un dedo hacia el patio. Los allí congregados se quedaron atónitos y tan aterrados como el criado.


El castillo de Otranto es considerada como el texto inaugural de la literatura gótica, predecesora, en su estética y sus temas, de lo que hoy conocemos como novela de terror. Son esta novela Walpole no solo rompe con toda la tradición y el movimiento estético y filosófico de su época, al apelar, en pleno siglo de las luces a la irracionalidad y la superstición más absolutas, sino que crea una escuela de seguidores que tomarán sus motivos, temas y personajes y los transformarán, no solo Mathew Lewis con El monje o Ann Radcliffe con Los misterios de Udolfo, también podemos considerar que Walpole sembró las semillas que darían lugar a novelas tan conocidas como Frankenstein, Dorian Gray o a las obras del propio Poe, aunque sin duda, llegados a este punto, el género había evolucionado de forma irreversible.

La novela es considerada como uno de los hitos del prerromanticismo, ya que cuenta con todos los elementos que predominarán más tarde en la literatura e iconografía románticas, la ambientación medieval, los castillos, las ruinas, sepulcros, cuadros parlantes, bellísimas damiselas en apuros, etc. Sin embargo, también hay que decir que el tratamiento de Walpole de estos elementos y temáticas es aún muy primitivo, y que las escenas de mayor terror pueden resultar hoy risibles para el lector acostumbrado al género. 

Como curiosidad, cabe decir que cuando la novela fue publicada por primera vez en 1764, Walpole no figuraba como autor, sino, bajo un pseudónimo, como traductor. En un prólogo explicaba cómo había encontrado el libro, fechado en 1529, en una biblioteca italiana, y había decidido traducirlo para el público. Probablemente la burla de Walpole se debió en parte a que su obra iba en contra de todos los principios de la época en la que escribía. Sin embargo, la recepción de la novela fue tan buena, que al año siguiente Walpole escribía un segundo prólogo en el que reconocía tanto la burla como la autoría del libro.

Toda la obra está envuelta en un tinte dramático, los personajes está caracterizados en extremo y predominan los diálogos, las acciones se suceden de forma rápida y continuada, de forma que no hay espacio para la reflexión o pasajes más introspectivos. Sin embargo hay que decir que es una novela profundamente humana, el elemento sobrenatural, presente desde la primera página, acompaña al lector y a los personajes durante toda la novela, pero no marca el devenir de la trama, son los personajes, con sus pasiones exacerbadas, sus miedos y sus amores, los que marcan los acontecimientos, de hecho, en algunos momentos, los amoríos cruzados, no correspondidos y los personajes desconocedores de las intenciones de los demás pueden llegar a recordar a una buena comedia de enredo.

A pesar de los años transcurridos, la novela tiene una fácil lectura, los múltiples personajes y sus historias cruzadas hacen que el desarrollo sea muy ameno, y la claridad de las explicaciones de Walpole hacen muy difícil perderse. En definitiva, podemos decir que si El castillo de Otranto no va a marcar un antes y un después para el lector actual, es un indispensable para aquellos que quieran conocer el género del terror desde sus profundidades.




El horror de Dunwich

Autor: H.P. Lovecraft
Título: El horror de Dunwich 
Editorial: Libros del Zorro Rojo
Año: 2012 (1928)
Páginas: 88

«Fue la noche del 9 de septiembre cuando se desencadenó el horror. Los ruidos de las colinas habían sido muy intensos durante el final de la tarde y los perros ladraron frenéticos toda la noche. Los madrugadores del día 10 notaron un hedor peculiar en el aire».


Porque llevo cierto tiempo sin añadir ninguna reseña a la colección me parecía más que justo volver por todo lo alto, con el maestro indiscutible de la literatura de terror. Esta obra, escrita en 1928, y publicada por primera vez en Weird Tales en 1929, es considerada como uno de los principales cuentos que componen los Mitos de Cthulhu. Pese a su brevedad, El horror de Ducnwich, consigue sumergirnos en un ambiente asfixiante de terror que, si bien empieza en lo más alto, se va incrementando con el paso de las páginas. 

El relato se centra en un pequeño pueblo que vive en el pasado, profundo, aislado y marcado por las relaciones incestuosas, sus habitantes viven bajo el yugo de la superstición y el miedo, hasta que una de las mujeres, proveniente de una familia marcada por la sospecha, queda embarazada misteriosamente de un niño que, al nacer, muestra su deformidad y su gigantismo. Según va creciendo este niño, Wilbur, su abuelo va cerrando las estancias de la casa que habitan, la familia se va aislando cada vez más, el ganado empieza a desaparecer y los sucesos extraños se apoderan del pueblo. Las profecías, el Necronomicón, las invocaciones mediante magia negra, los monstruos y unos pocos académicos británicos dispuestos a salvar el mundo marcan el resto de la novela. 

Lovecraft se centra en la acción, que va presentando desde el comienzo de la narración como «el horror», lo que aporta una fuerte tensión al relato, deja, sin embargo, a un lado la caracterización de los personajes, salvo tal vez el protagonista, Wilbur Whatley, en quien se incide algo más en su carácter. Las descripciones de Lovecraft carecen de la pompa y detenimiento de algunos de los autores modernos de terror, lo que colabora a la brevedad del relato, sin embargo, con pocas palabras consigue imágenes vividas para la imaginación del lector. Como añadido, esta edición de Libros del Zorro Rojo, nos presenta una serie de ilustraciones de Santiago Caruso, con una técnica espectacular y muy en la línea del libro. Es, en definitiva, un relato macabro y tenso que el lector no podrá abandonar.